¿Cómo prepararse para recibir la presencia de Dios? - Asombroso Dios ¿Cómo prepararse para recibir la presencia de Dios?

¿Cómo prepararse para recibir la presencia de Dios?


Siempre que el presidente de cualquier nación visita una comunidad, los funcionarios locales cooperan con grupos de personas que van con anticipación para preparar su llegada.

La ruta que va a seguir su caravana se traza cuidadosamente. Las calles se reparan y se recoge la basura. Se decoran las oficinas, auditorios y comercios que va a visistar. Los que se van a reunir con él visten sus mejores ropas. Se hace todo lo posible para darle la recepción que merece su posición.

Si un líder mundial amerita preparativos tan cabales, seguro que el Señor del universo merece mucho más. Juan, el bautista y precursor de Cristo, apremió a la gente a prepararse para la llegada del Mesías. En cumplimiento de la profecía de Isaías 40:3-4, la cual dice: "Voz que clama en el desierto: Preparad camino a Jehová; enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios. Todo valle sea alzado, y bájese todo monte y collado; y lo torcido se enderece, y lo áspero se allane". Pidió que se eliminaran los obstáculos espirituales (Lucas 3:10-14)
Y la gente le preguntaba, diciendo: Entonces, ¿qué haremos? Y respondiendo, les dijo: El que tiene dos túnicas, dé al que no tiene; y el que tiene qué comer, haga lo mismo. Vinieron también unos publicanos para ser bautizados, y le dijeron: Maestro, ¿qué haremos? Él les dijo: No exijáis más de lo que os está ordenado. También le preguntaron unos soldados, diciendo: Y nosotros, ¿qué haremos? Y les dijo: No hagáis extorsión a nadie, ni calumniéis; y contentaos con vuestro salario. Lucas 3:10-14
Para prepararnos para recibir la presencia de Dios podes hacer lo siguiente:

  1. Hay que derribar las montañas del orgullo y el abuso
  2. Hay que llenar los valles de la necesidad humana
  3. Hay que enderezar los caminos inmorales y torcidos
  4. Hay que suavizar los lugares ásperos de la opresión
Esas acciones no nos salvan, pero sí reflejan un principio eterno: Si nuestros corazones están preparados para el señor, Él recorrerá las calles de nuestras vidas con poder y paz.

Y Yo me pregunto: ¿Hay  algo en nuestra vida que nos impida estar preparados para estar en presencia de Dios?
El arrepentimiento aplana el camino de nuestro andar con Dios

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